Los “Buscadores” han sido desde hace años el mejor rastreador de contenido digital, disperso y alojado en infinidad de servidores esparcidos por todo el mundo. Sin los buscadores nos sería imposible obtener una referencia concreta a un tema, a no ser que conociéramos la dirección de una página web que la alojara: el cometido de un “buscador” es también el proporcionar referencias para un mismo tipo de información, pero alojado en varias fuentes, de forma que el usuario puede contrastar los datos obtenidos o tener una visión más amplia a cerca de un mismo tema.
Los “Buscadores” actúan como algo más que una simple página en la que introducir una o varias palabras clave, y recibir unos resultados de búsqueda. Los buscadores son también un filtro meticuloso de fuentes de información, que es posible a través de complejos algoritmos matemáticos que miden la importancia y la calidad de la información disponible en la Red y finalmente presentada con detalle.
El uso de un “buscador” es una pieza clave en la obtención y consulta de información, y también en el acceso instantáneo a ella. Los resultados de búsqueda en motores como Google cuentan con el título de la página que aloja el contenido, un enlace directo a esa página y una breve introducción al texto.
Los buscadores no solo muestran el lugar dónde hallar la información o los datos que necesitamos consultar, sino que generan un vínculo directo con la fuente.
Los buscadores son la herramienta de acceso a un conocimiento global, en cualquier idioma conocido, que no entiende de límites fronterizos y facilita la obtención de datos sin que debamos trasladarnos físicamente a otro lugar.